Estoy sola
De repente como el ave fénix, me levanté, brotó la canción. Esa que nunca supe quien la escribió. Al cantarla danzaba en círculos, cual bailarina experta:- “Cada noche, hay una hora de pensar en ti, hay una hora de pedir por ti.”Mi voz que conservaba el mágico poder de la interpretación a través del tiempo, siguió cantando aquella, que sin ser mía, ya formaba parte de mi vida:- “Cada noche hay un suspiro que te clama a ti, hay un latido de este corazón, que tristemente piensa en ti.”
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