sábado, 23 de julio de 2011

DE LITERATURA Y MÁS.

 De izquierda a derecha: Antonio Jiménez Barca, Cristina Fallarás, Jorge Navarro, Teresa Solana, Gregorio Casamayor, Jerónimo Tristante y Willy Uribe.- ILUSTRACIÓN DE FERNANDO VICENTE


Nuevos autores españoles de novela negra conquistan público y crítica. La Guerra Civil y la Transición conviven con temas actuales: malos tratos, pederastia, prostitución...

La novela negra española goza de buena salud, pese a que editoriales y librerías no lo están pasando bien. Se publican muchos títulos extranjeros, demasiados, pero sí hay una apuesta clara de los editores por autores españoles. Han aparecido primeras y segundas novelas muy interesantes, que conviven con las de autores reconocidos, como J. M. Guelbenzu, que ha sacado la quinta entrega de su serie de aroma británico protagonizada por la juez de instrucción Mariana de Marco, El hermano pequeño (Destino). O de la veterana Maruja Torres, que ha debutado en el género negro con Fácil de matar (Planeta).

Los nuevos autores plantean situaciones que lamentablemente vivimos a diario: malos tratos, pornografía infantil, pederastia, prostitución, trata de blancas. La Guerra Civil y, en menor proporción, las de tema histórico, también tienen su hueco.

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